martes, 17 de junio de 2008

CENTRO PINTORESCO II

“CENTRO PINTORESCO”
Para no perder la capacidad de asombro,


Los trabajos y los oficios dan vida activa a la zona; la economía informal marca la parada; el control policivo y político-social, se transforma como en un cuento infantil al grito “ que viene el lobo, el lobo, el lobo...”; al segundo una estampida de vendedores ambulantes huye como manada de antílopes perseguidos por leones. Cada uno hace su trabajo y se busca la vida de “la mejor” manera para sobrevivir. Otros, desde sus puestos miran tranquilos lo que sucede.

El centro es la gran área comercial, activa, asequible y popular. Un mercado persa que da cuenta de la expansión china y de la piratería. No hace falta ir a Unicentro, Chipichape, Sanandresito o la galería para comprar; seguro que allí encuentra lo que busca y hasta lo que no se le ha perdido. Los vendedores de frutas, de mangos, de chontaduro, de papayas, de aguacates, de uvas, de manzanas, de lotería, de chance, de películas, de relojes, de cadenas, de paraguas y sombrillas, se mezclan con los de códigos, cuadros, juguetes, enguentos, incienso, revistas, cds, bolsos, zapatillas, camisas, al lado de los que hacen llaves, laminan, tramitan, embolan y lustran zapatos; es decir una interminable legión de personas dedicadas a los oficios mas diversos.

Otros habitantes del centro que he ido registrando fuera de los vendedores son los personajes “celebres” que nunca faltan y siempre están allí, el jubilados, el loco y hasta el gamin, el mendigo, el actor, el mimo, el narrador, la estatua humana, el lotero, el cuenta chistes, el vendedor de raíces, lapiceros, muñecos del hombre araña, etc, etc...

En estos nuevos “Instantes Urbanos” no critico ni juzgo a quienes aparece en las imágenes, mucho menos busco hacer alguna denuncia, no es mi intención cuestionar las actividades o formas de vida de las personas que aquí aparecen.

Mi intención es hacer un registro grafico de las cosas que me llaman la atención cada día al caminar por las calles del centro de la ciudad, su gente, las situaciones, sus relaciones, sus espacios y su forma de vida.

Esto no busca ser un trabajo de periodismo documental, ni mucho menos profundizar en historias de vida; la intención, como señale al inicio de este texto es la no perder la capacidad de asombro, disfrutar de lo pintoresco de la ciudad y que no se pierda en la costumbre y cotidianidad.

Al plantearlo de esta manera, hablo desde mi propio enfoque, desde el distanciamiento que me da la cámara y su lente, de mi realidad cotidiana en la que vivo, y veo lo que aquí muestro como habitante y transeúnte de estas calles y de esta ciudad.

SACHA TAFUR

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